
Puede convertirse en un problema muy grave si el cuidador no consigue identificar los signos de este problema en el afectado de este problema. Los síntomas más usuales son: la tos antes y después de la comida; las expresiones faciales de malestar; el carraspeo frecuente; los atragantamientos; la retención de comida en la boca; el cierre labial deficiente (con babeos frecuentes) y la incapacidad de tragar el bolo en una única deglución (con lo que tiene que realizar varios intentos para tragar la comida).

Existen más dificultades a la hora de tragar líquidos que sólidos, ya que los primeros se dispensan por la boca y es más complicado dirigirlos a la garganta. En estos casos es recomendable solidificarlos mediante espesantes alimentarios.
Causas de la disfagia
Las razones para que un usuario sufra problemas en la deglución de los alimentos pueden ser:
– Dificultad para preparar el alimento en la boca antes de deglutirlo.
– Descoordinación neuromuscular que impide que el alimento pase correctamente por el esófago hacia el estómago.
Consecuencias de las dificultades para tragar
Una inadecuada forma de deglutir los alimentos puede originar en el usuario una deshidratación (a causa del miedo a los atragantamientos) y una pérdida paulatina de peso y/o malnutrición (la persona come menos de lo necesario o no tiene una dieta variada).
Puede ocurrir que la comida pase a los conductos respiratorios y llegue a los pulmones. En ese caso, las consecuencias son infecciones y neumonías, riesgo a contraer enfermedades y fiebre sin causa aparente.
¿Qué hacer para ayudar a tragar mejor?
La principal manera de superar estos problemas es la modificación de la consistencia de los alimentos y bebidas. Así, los primeros se deben de triturar y a los segundos añadir espesantes alimentarios.

Recomendaciones posturales y de ambiente de los usuarios con disfagia
La persona con disfagia debe adoptar una postura cómoda en la mesa o reclinarse en la cama. Una recomendación fundamental es evitar que la persona gire la cabeza cuando ingiera alimentos.
El cuidador deberá situarse al mismo nivel que el usuario al que está alimentando para evitar que este último levante la cabeza. Ello es debido a que los afectados de disfagia tragan más fácilmente con la cabeza ligeramente inclinada hacia adelante.

Debemos de evitar acostar al usuario nada más acabar de comer, y es aconsejable que se enjuague la boca después de la comida con agua o con colutorio. Aunque lo mejor es que se cepille los dientes.
Por supuesto, el ambiente de debe de rodear las comidas debe de ser tranquilo y sin prisas, para evitar el estrés del paciente.
josefdeabajo
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